En absoluta y total reserva, el Sumo Pontífice conversó la semana pasada con un colaborador cercano al presidente Macri sobre su voluntad de venir al país en el primer semestre de 2018.
En silencio, sin estridencias, pero con paso firme, el Vaticano continúa trabajando con el Gobierno argentino en lo que será la visita del papa Francisco a la Argentina a cinco años de su pontificado, en el marco de una gira que incluiría a Chile y a otro país sudamericano en el primer semestre de 2018. Si bien por el momento ha decidido no hacerlo de forma oficial, el Sumo Pontífice le confirmó su decisión a un importante colaborador del presidente Mauricio Macri en una reunión que mantuvieron la semana pasada, tal como lo había hecho a fines de febrero cuando quienes lo visitaron fueron la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley y su esposo, el jefe de de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Federico Salvai.
Como en aquella ocasión, Francisco se condujo con la más absoluta reserva, por su voluntad de evitar que el tema sea utilizado durante la campaña para las elecciones de medio término. Es por ello que aunque la decisión de viajar se mantiene, el Pontífice ha enviado sin embargo a periodistas de confianza, amigos históricos y clérigos de su entorno a desmetir públicamente lo que a esta altura es un secreto a voces en el Vaticano: que muy probablemente sea en abril de 2018 cuando se reencuentre con sus seguidores argentinos.
Los temores de Francisco tienen su fundamento: desde que accedió al trono de Pedro, en marzo de 2013, los candidatos a los más diversos cargos de la Argentina han intentado conseguir una foto con él en tiempos de campaña. Como cuando a poco de asumir la dirección de la Iglesia Católica, en julio de 2013, el Papa aceptó un encuentro con la entonces presidente Cristina Kirchner en el marco de su visita a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud, la mandataria incluyó en la comitiva al primer candidato a diputado de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, quien volvió de Río de Janeiro con una foto por demás codiciada para el tramo final de la campaña para las primarias.
Con cuatro años de experiencia como jefe de la grey católica, Francisco está decidido a no cometer la misma ingenuidad. “Entiendanló, Francisco no puede quedar como rehén de una elección“, explicó una fuente de la Universidad Católica Argentina con cercanía al ex cardenal Bergoglio. La misma fuente se mostró confiada en que 2018, un año sin elecciones en el horizonte, permitirá un clima de concordia más propicio para el reencuentro de Francisco con los argentinos.
Los fieles argentinos ya han visto frustradas sus expectativas en dos oportunidades, cuando el Pontífice visitó Brasil y en su gira por Ecuador, Paraguay y Bolivia, acercándose incluso hasta pocos metros de la frontera con la Argentina. Por ello, el jefe de la Iglesia sueña con una movilización única en la historia argentina, con millones de personas en las calles, en diversas ciudades del país.
Mientas tanto, en el Vaticano seguirán jugando al misterio.