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  Por estas horas en las redes sociales se refleja el pesar que provocan las facturas de los servicios domiciliarios, de la cadena productiva y otras actividades.

Los clubes de barrio, las actividades educativas, deportivas, sanitarias y otras de importante relevancia están siendo victimas de los altos porcentajes que vinieron en las facturas de todos los servicios en general y de servicios en el ámbito privado, como colegios, transporte etc., que como cadena deben aumentar ante la falta de subsidios.

Las autoridades de control, el poder ejecutivo, las entidades defensoras de consumidores, están ausentes de una crisis naciente que provoca entre otras cosas una recesión que esta a la vuelta de la esquina. El Presidente en su locura de bajar la inflación de manera, quasi fronteriza, se lleva puesta todas realidades de un país que vio en su propuesta electoral una salida esperanzadora diferente y no esta revolución que provoca malestar social en todos los sectores.

Es urgente a priori llevar adelante una iniciativa judicial que le permita a los sectores que producen ir por un camino alternativo superador de esta instancia. El poder ejecutivo transita por estas horas el desafío de una nueva ley “Bases”, casi de manera agridulce obtiene media sanción o mejor dicho la primer sanción en Diputados, a “lo Pirro”, es un logro muy costoso con enormes pérdidas aun habiendo ganado. El gobierno representa la virginidad de una fuerza en formación que solo choca contra una relevante realidad insostenible.

La iniciativa judicial debe ser ya, ahora, desde alguna entidad como cámaras de comercio, institutos, o colegios de distintos profesionales deben encarar un escrito que contenga variantes de salida a esta situación general. Ya redactar un “Recurso de Amparo” para custodiar la poca actividad actual. No hablamos de pasado, solo vemos que es necesario salir del schock y entrar en una etapa gradual. El Presidente Milei debe retroceder un paso para dar tres y no dañar el poco tejido productivo que sobrevivió a los últimos tiempos de gobierno.

Seguro es necesario una recomposición que llega en un mal momento, sumado a la distorsión de los precios relativos. Era imperativo reajustar las tasas pero no de esta forma entienden las Pymes, segmento que sufre de manera superior por los altos costos para sostener la matriz laboral fundamentalmente. Es automático el traslado a los precios de sus productos, inevitable, una cadena de nunca acabar. Un espiral imposible de sostener. El gobierno habla mucho pero no bajo ningún impuesto relevante, podó bruscamente, y toda poda indiscriminada también arrastra rosas.

Los incrementos dentro de los realineamientos inevitables en el marco de la herencia recibida por Milei, también es un dato de la realidad. Esperamos ver quién toma la iniciativa.

Periodista : Gustavo Estigarribia 

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