El accidente sucedió el lunes 16 de enero, cerca de las 23:30 hs en una vivienda ubicada en las calles Fortín Atahualpa y Melincué. La víctima tendría 17 años de edad. Una vieja caja de medidor transmitió a la reja y dejó “pegado” al joven durante varios minutos.
Un adolescente de 17 años de edad sufrió una descarga eléctrica letal, en una vivienda ubicada en la calle Fortín Atahualpa, a metros de la asfaltada Melincué. Seguramente anoche, cuando Orlando salió anoche a ver a un amigo a pocas cuadras de su casa de Parque Irigoyen, no pasó por su mente que podía ser lo último que iba a hacer en su vida. No tenía por qué. Los accidentes suceden, pero cuando se trata de electricidad y de precariedad, nuestra ciudad tiene un altísimo riesgo de que un imprevisto o una imprudencia, terminen con la vida de un vecino.
Se trata de Orlando Leiva, que según algunos testimonios, habría ido al domicilio a visitar a su amigo (de apellido Barraza), que vive allí. El episodio ocurrió cerca de las 23.30 hs. cuando el chico llegó en una bicicleta y se apoyó en la reja de la casa. Al parecer, esta se habría electrificado a raíz de una falla de la caja medidor, que puede haber tenido relación con filtraciones del agua de lluvias o con la antigüedad de la conexión, aunque todavía resta confirmarse cualquier hipótesis.
Lo cierto es que el chico estuvo gritando fuerte durante algunos minutos y los vecinos salieron a la calle, aunque algunos decían que quizás tardaron un poco porque es común que los chicos jueguen a los gritos.
Esos largos minutos de la descarga fueron demasiado para el cuerpo del joven. Mientras trataban de reanimarlo los vecinos llamaron a las emergencias, cerca de las 23:45, pero pasados varios minutos trataron de subirlo a un vehículo, que era chico y finalmente a otro auto que acercó otro vecino (a las 00:10 emprendieron viaje).Al notar lo que pasaba, se desesperaron por encontrar algún modo de despegarlo de las rejas, pero en estas situaciones, nadie está preparado para una reacción apropiada, algunos cruzaron con barras o ramas para sacarlo, pero finalmente ya otro grupo y supuestamente el propietario de la misma casa lo habían despegado prácticamente a golpes, según comentaron.
Llegó la ambulancia segundos más tarde, pero el auto donde lo cargaron ya estaba en camino raudamente hacia el Hospital Vicente López y Planes, donde ingresó en la guardia.
Tras maniobras médicas, no mucho se pudo lograr y antes de la 1 de la madrugada, ya habría fallecido. El chico sería alumno de la Escuela N°4 y vecino de a pocas cuadras de allí.
En nuestra ciudad se han vuelto prácticamente “normales” los accidentes graves de esta índole, en general, con conexiones clandestinas, pero no exclusivamente.Los vecinos aseguraban que hasta el momento, sólo fueron al lugar los bomberos, que cortaron la energía de dos casas por el riesgo existente y dejaron una cinta de peligro alrededor. Edenor no estuvo presente todavía y seguramente también habrá que ver lo que dicte la autopsia y la investigación a cargo de la fiscalía para establecer las responsabilidades.
Muchos de ellos terminan de modo fatal y esto lleva a repensar también desde el Estado, qué cuestiones deben cambiar para comenzar a revisar las conexiones domiciliarias, capacitar a la ciudadanía en la cuestión y tratar de terminar con esta larga mala racha de accidentes que se podrían prevenir y que se van llevando vidas de tantos vecinos.
Gentileza de: La Posta Noticias