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Columna de Opinión de Juan Manuel Rosas

En el país del revés, se utiliza el poder de las redes sociales mostrando cirujanos rodeados de monitores en procedimientos con nuevas tecnologías que en realidad en el mundo son viejas, pero en Argentina parecen nuevas, y con estas estrategias propias de la post verdad se intenta convencer a los vecinos (y votantes) que la salud va por buen camino.

Lamentablemente no entienden que a diferencia de los escenarios ideales que muestran las redes sociales los ciudadanos viven la salud en carne propia. No se les puede vender una realidad por las redes, porque todos somos usuarios del sistema de salud y más temprano que tarde daremos cuenta de las deficiencias del sistema, que en la práctica diaria tiene que ver con la falta de controles de salud, área conocida como Promoción y Prevención que hace referencia a fomentar el cuidado de la salud, a prevenir enfermedades o evitar que estas se agraven o dejen secuelas.  De esto no se habla y es fundamental para reencauzar el sistema público.

Entonces, cuando enfermamos nos enfrentamos con el padecimiento, horas interminables de espera, entre otras dificultades solo para poder acceder a la atención médica en un sistema público colapsado.

No solo fallamos en prevenir enfermedades, sino también en su atención primaria. En consecuencia, olvidaron que los dispensarios no son delegaciones políticas, son Centros de Salud. Esta situación se ve reflejada en las salitas médicas, que no cumplen con un adecuado funcionamiento, es común encontrar más personal administrativo que médicos y enfermeros, provocando que el eje de la atención periférica este puesto en dar contención a los vecinos y no en solucionar los problemas de salud.

Uno de los objetivos más importantes debiera ser tener a disposición más médicos pediatras, clínicos y ginecólogos, es prioritario ensanchar la boca de atención. A su vez, son necesarios más médicos capacitados en salud pública que puedan administrar estos centros periféricos.

Todo esto es fundamental para descomprimir los hospitales de alta complejidad para que estos puedan enfocarse en tratar enfermedades graves, accidentes, emergencias o casos que requieren tratamientos específicos por especialistas.

Esto es un sistema escalonado de salud de menor a mayor complejidad con transferencia y contratransferencia de pacientes según la complejidad de su enfermedad y sus necesidades.

Estimados lectores este es el sistema de salud que se estudia en los libros de medicina de todo el mundo, no estoy inventando nada.

Los médicos son una pieza fundamental en el funcionamiento del sistema, deben ser protagonistas obligatorios en el diseño, implementación y evaluación de los programas. También, es de suma urgencia que los mismos sean tratados como sujetos de derechos, y que el estado no abuse de la vocación que los llevo a ejercer la profesión para mantenerlos trabajando en condiciones precarias, para esto deben recibir una remuneración acorde a sus responsabilidades evitando que se vean obligados a superar el máximo de horas permitidas para ejercer correctamente la profesión, descansar y alimentarse adecuadamente. Somos parte de un todo y eso incluye a los profesionales de la salud.

Un párrafo aparte se le debe dedicar a la Salud Mental. Según la OMS, la salud es el completo bienestar físico, mental y social; y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedad. La salud mental se ha convertido en un problema serio de salud pública mundial creciente y requiere un lugar en los sistemas de atención primaria, guardias con profesionales capacitados y atención de emergencias.

No solo la salud mental está siendo postergada, también lo son las especialidades de odontología y oftalmología, que pueden llegar a ser altamente incapacitantes y están pospuestas en la mayoría de los distritos.

Una realidad que se acentúa en San Miguel, en cuanto a la deficiencia del sistema de salud es la rehabilitación, no existen centros de rehabilitación para pacientes traumatizados o con secuelas de ACV. No debemos olvidar que desde el punto de vista productivo las personas de 30 a 60 años son los máximos responsables de la actividad económica de un país, y en Argentina no se preocupan por recuperarlos.

La política en los últimos años se ha encargado de decidir en salud pública con criterio simplista y electoral por sobre la evidencia científica y el conocimiento médico. Es hora de volver a los libros, de utilizar los diferentes recursos de manera más consciente, a su vez educar a la población y brindarles a los profesionales de la salud condiciones dignas de trabajo para que en el país del revés finalmente la salud pública funcione.

 

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