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Matías Exequiel Gómez era un joven de 29 años, era amiguero, querido, servicial y conocido por mucha gente de la zona de Puerta 4 en Bella Vista, Partido de San Miguel. Trabajaba por su cuenta, pasaba tiempo con su familia y disfrutaba estar con sus amigos que lo conocían como “Huevo”.

El sábado 21 de agosto salió de su casa sin saber que iba a ser la última vez que vería a su gente. Matías había planeado ir a la casa de Alex, un amigo a quien había conocido en Gualeguaychú en un viaje que hizo poco antes de que se decretara la pandemia. Se encontraron y juntos decidieron ir a la casa de otra persona que era conocido de Alex. Según la información que surge de la investigación se quedaron allí durante varias horas hasta que Alex decide irse y Matías, aparentemente, permanece unas horas más hasta el momento en el cual finalmente se produciría un hecho inexplicable para sus amigos y familiares.

El domingo 22 de agosto Matías fue apuñalado en un escenario que hasta hoy es un misterio. Se sabe que salió de la casa en la que se había dado la reunión la noche anterior y a plena luz del día en un domingo absolutamente soleado, caminó 50 metros y llegó a decirle a alguien que pasaba por la calle: “me apuñaló mi amigo”. Unos instantes después, ante la mirada esquiva de la sociedad falleció en la calle Las Violetas entre Solís y Mendoza en el Barrio Costa Esperanza, en Loma Hermosa, Tres de Febrero.

Horas más tarde su familia recibía la triste e impactante noticia y allí iniciarían un largo camino en busca de justicia.

Desde el día de los hechos, algunas personas dieron su declaración y aportaron datos que permitieron dar con una mujer a quien le retuvieron el teléfono celular. En el mismo encontraron conversaciones que esta mujer mantenía con otra persona de sexo masculino donde el hombre escribía: “yo no fui, no hice nada” o frases como “descartá la ropa”. A partir de este dato logran identificar a una persona de nombre “Aureleano” que, hasta el momento es el único detenido y se cree que es el autor material del hecho pero no el único según sospecha la familia. Se realizaron allanamientos y en el domicilio de Aureleano encontraron cubiertos que corresponderían al juego del cuchillo con el cual le dieron muerte a Matías.

La familia detalla que desde que sucedió el evento hubo irregularidades en la Comisaría 5ta de Billinghurst. El cuerpo, luego de numerosos reclamos, fue entregado a la familia en estado de descomposición.

Ante el pedido insistente de información por parte de la familia Gómez, la respuesta era que las demoras en cada procedimiento tenían su base en el COVID y según datos brindados por la Comisaría 5ta el cuerpo no se podía entregar porque “no había médico forense que pudiera darle curso al procedimiento”.

Al día de hoy la familia no recibió informe oficial, no saben cuántas heridas recibió Matías, si fue solo una mortal o si fueron varias (aunque suponen que la segunda teoría es más probable). Sus amigos, en el afán de poder colaborar con la familia, iniciaron una campaña para vender comida y poder ayudar económicamente a los Gómez para que puedan pagar un abogado que vaya a fondo con la causa para que el crimen de Matías no quede en la nada.

Que la pandemia no nos robe la posibilidad de llegar a la verdad, de exigir justicia, de que los procedimientos se realicen con seriedad y que las familias tengan respuesta, contención y la seguridad de que se está trabajando para que el dolor no sea en vano.

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