Con la llegada de los primero fríos quedó en evidencia una vez más, los problemas de infraestructura y servicios en las escuelas estatales de la provincia de Buenos Aires, y como consecuencia directa: la pérdida de clases.
La escuela secundaria n° 10 de Hurlingham fue una de los tantos establecimientos educativos de la provincia que tuvo que reducir el horario de clases y sus alumnos tuvieron que improvisar con puertas de cartón para poder ingresar a las aulas y resguardarse ante las bajas temperaturas.
Los directivos del establecimiento vienen reclamando esta situación desde el 2010 y todavía no pudieron tener una respuesta y solución ante este problema que afecta a toda la comunidad educativa. La entidad “Padres Organizados” de Hurlingham -que reclamaron la vuelta a la presencialidad en tiempos de cuarentena- se expresaron ante este hecho reclamando el derecho de sus hijos de “aprender en escuelas dignas” y haciendo hincapié en que “el clima no puede ser impedimento para el aprendizaje de sus hijos”.
Asimismo, el concejal y principal referente de Juntos Hurlingham, Lucas Delfino, se pronunció ante esta situación “no podemos postergar más la educación. Es nuestro presente y nuestro futuro. Se perdieron 255 días de clases por la inacción en la pandemia y además no se hicieron las obras de infraestructuras correspondientes”. Además señaló que junto a todo el bloque de Juntos Hurlingham van a presentar un pedido de informe para ver el correcto funcionamiento de las escuelas en Hurlingham y le pidió al gobernador Kicillofok “enfocarse en lo importante y abrir las escuelas en las condiciones que corresponden”.
Los vecinos de esta ciudad se sumaron con su firma a la petición realizada por Juntos Hurlingham ya que coinciden en que la educación es prioridad y tanto el gobierno de la provincia como el municipio “tuvieron mucho tiempo para arreglar los problemas de infraestructura y no lo hicieron”.