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Radiografía de los planes sociales en la Argentina y como impactan en la economía real

Por Gustavo Giacomo, economista

En el año que ya dejamos atrás (2018) en que la corrida bancaria golpeó a la economía varias veces y que la inflación erosionó el salario real, aumentaron los hogares con programas sociales. Más de la mitad de los beneficiarios no tienen los estudios terminados. El 87,4% de los niños de Argentina tiene cobertura del Estado. Más del 30% de los hogares percibe alguna ayuda estatal. Esa cifra sube al 40% en la población urbana. Estas y otras tantas son las características centrales de la radiografía de asistencia social que hoy ofrece una Argentina sumergida en el 33,6% de la pobreza.

Según este informe, que está elaborado con datos del Ministerio de Desarrollo Social, la ANSES y del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, La política social del macrismo modificó en cierta medida el esquema prebendario para evitar la intermediación de punteros; aumentó el nivel de cobertura de la Asignación Universal por Hijo (AUH); y realizó intentos por ofrecer trabajo genuino a los beneficiarios de planes sociales.

Sin embargo, hay una realidad que supera todos esos esfuerzos: los niveles de pobreza no sólo no bajaron, sino que aumentaron al 33,6% según los datos de la UCA y los estratos medios de la sociedad empezaron a recibir más ayuda estatal en una curva ascendente que no parece tener fin.

Radiografía de los planes sociales en la argentina (datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social)

– Capacitación y estudio: el programa Hacemos Futuro llega a 241.966 beneficiarios en todo el país. Está concentrado en su mayor medida en las provincias de Buenos Aires (166.850), Tucumán (23.723), Chaco (6.532), Salta (6.063), Santiago del Estero (4.843) y Corrientes (5.200), entre otros distritos. Paradójicamente, en provincias con altos niveles de pobreza estos programas son sustancialmente escasos. Así sucede en Jujuy (835 beneficiarios), Santa Fe (417), Neuquén (129), Córdoba (137) o Tierra del Fuego (111). Este es un programa social que implica que quien lo reciba debe estudiar y capacitarse. Según Desarrollo Social, así potencian sus posibilidades de inserción laboral e integración social. “Hoy, es un programa de transferencia condicionada de ingresos a través de la transparencia y la desintermediación”, dijo Kelly en relación al plan Hacemos Futuro.

Este programa consolidó a los antiguos programas Argentina Trabaja y Ellas Hacen, y lo hizo con la idea de atender la emergencia de manera transparente. Cada titular de este programa se presentó en las oficinas de ANSES con su documentación, hizo una entrevista social de más de 20 minutos y cobra en una cuenta del Banco Nación con una tarjeta de débito personal e intransferible.

En el sistema de actualización de datos se determinó que el 66,5% de los beneficiarios de este plan no completó sus estudios secundarios mientras que el 21,7 % no terminó sus estudios primarios.

Actualmente hay unos 10.846 titulares con empleo formal, 2.506 personas cursaron secundario con oficios y otros miles trabajan en el mejoramiento de los barrios. Más de 150.000 titulares a lo largo del año pasaron por alguna formación propia del Ministerio y la terminaron.

– La AUH en aumento: según explicó Stanley a Infobae este año hubo un refuerzo económico en la AUH, que hoy llega a unos 4 millones de chicos, y los beneficiarios recibieron un bono adicional de $ 1.200 por chico en septiembre y $ 1.500 por chico en diciembre. Este programa social se amplió en los últimos tres años y ahora el 87,4% de los niños y niñas de Argentina recibe alguna cobertura por parte del Estado. La AUH hoy cubre según registros históricos a la mayor cantidad de niños del país. A través de las Asignaciones Familiares y la Asignación Universal por Hijo se ha alcanzado una cobertura máxima de 9,1 millones de niños y niñas.

– Programas Alimentarios: se reforzaron con más de $ 1.200 millones los programas alimentarios. Así, el gobierno incrementó la compra de alimentos y la asistencia a merenderos y comedores. Se reforzó la inversión en compra de alimentos secos en $ 1.057 millones de septiembre a diciembre y se amplió la entrega de módulos.

– Precios Cuidados: este programa cuenta con más de 520 productos y se encuentra presente en más de 2.250 puntos de venta en todo el país. En mayo pasado se agregaron 100 productos relevantes para las familias argentinas. Entre otros, se sumaron al programa: pollo, galletitas, lácteos, conservas y panificados. El 6 de septiembre se renovó el programa, haciéndose especial foco en los alimentos de la canasta básica para seguir acompañando a las familias argentinas y permitiendo tener precios de referencia. Estamos trabajando con las empresas productoras de alimentos y los supermercados para mejorar el surtido de los productos que integran el programa.

– Mercado en tu barrio: este programa cuenta con más de 100 proveedores de comida fresca que venden hasta 600 kilos de carne por semana y 2.000 kilos de fruta y verdura con un 30% de ahorro. Participan cerca de 17.000 personas por semana y el ticket promedio de las ferias es de $ 300 por persona. El Mercado En Tu Barrio está presente en 47 municipios de 12 provincias, y realiza más de 300 ferias al mes en todo el país.

– Créditos de ANSES: durante el 2017 se entregaron 3.363.481 de préstamos por un monto total de $ 69.309.072.995. En el 2018 hasta marzo se otorgaron 488.384 préstamos por un monto total de $ 9.949.061.079. Y una encuesta llevada a cabo por ANSES demuestra que el 55,5% de los créditos fueron destinados a arreglos en la vivienda; el 18,5% destino el crédito a el pago de deudas y el 18% para afrontar gastos provenientes del consumo y compra de bienes y/o servicios.

Datos duros que refleja el informe de la UCA

Por otra parte, la realidad que muestra el último informe del Observatrio de la Deuda Social de la UCA es muy duro en términos de continuidad de la asistencia social en la Argentina. Así, se determinó que poco más de 3 de cada 10 hogares en la Argentina percibe algún tipo de programa social, manteniéndose la proporción relativamente estable desde 2014. La cobertura alcanza a casi el 40% de la población urbana.

El alcance de esta cobertura ha tenido un incremento casi sistemático desde 2010, habiéndose estancado durante los último tres años. Mientras que en 2018, menos del 10% de los hogares en CABA percibía algún tipo de transferencia monetaria proveniente de programas sociales, la proporción supera al 30% en el resto de las regiones. Son los estratos más bajos los que registran mayores porcentajes de asistencia y los aumentos en su cobertura son los que explican la tendencia ascendente en las transferencias desde 2014. En 2018 tuvo lugar un descenso de los hogares y la población en situación de pobreza que accede a transferencias monetarias provenientes de programas sociales. Esta tendencia se explica por el empobrecimiento de sectores pertenecientes en los estratos medios que no acceden a transferencias por parte del Estado, en 2017 el 43% de los hogares pobres de estrato medio no profesional estaba cubierto por políticas asistenciales, este porcentaje desciende al 23% en 2018.

A la vez, en la globalidad de los programas sociales, el relevamiento que hizo la UCA determinó que las personas en hogares pobres con planes sociales pasó del 72% en el 2017 al 67,3% en el 2018.

En este caso hubo un aumento de los hogares de clases medias profesionales que empezaron a recibir una ayuda estatal: 3,3% en el 2017 contra el 4,8% en el 2018. Y en la Ciudad de Buenos Aires y en otras áreas metrolpolitanas del país también creció levemente los programas de asistencia social.

El aumento de los planes sociales no es nueva ya que más del 30% de los hogares urbanos esta asistido por estos programas y esto esta relacionado con la falta de empleo. Estos programas vienen creciendo de manera ininterrumpida desde 2007 y lo hacen mucho más en la etapa de estancamiento productivo.

De hecho, se supo que el programa Empalme que quiso imponer el gobierno de Macri para dar trabajo genuino a los beneficiarios de planes sociales por medio de un traspaso de los planes a las empresas fue un gran fracaso: menos de un 5% de los beneficiarios lograron pasar a los empleos formales en empresas ya que no contaban en su gran mayoría con capacitación o nivel de estudios adecuado. Ni tampoco, se creo empleo genuino para darle lugar a esa gente. Teniendo en cuenta, que si tomamos solamente el año pasado (2018), debido a la crisis económica, se cayeron puestos de trabajo y se incrementó la desocupación. Sólo basta ver el sector automotriz, que tienen sus terminales en nuestro país, en el mejor de los casos, están trabajando para no despedir al personal dos o tres días a la semana solamente.

Vale decir. que este gobierno hizo mejoras a los programas sociales ya sea ampliando las transferencias como hizo un esfuerzo en captar a los sectores donde la AUH no había llegado, aunque todo esto hace que nadie pueda vivir en holgura. Sólo se crea un colchón para no caer en situación de indigencia”, finalizó Salvia.

El impacto de los planes sociales en la economía real

Sin duda, los planes sociales son positivos para la economía real del punto de vista de que todo el dinero en concepto de planes que da el Estado va directamente al consumo de productos primarios y de alguna manera, si bien el ingreso per capita es bajo, la cantidad de planes que existen hacen la diferencia y fogonean el consumo interno de cada región del país. Teniendo en cuenta, que los planes se extienden en todo el territorio nacional.

Pero hay que dejar en claro, que los planes por si solos no pueden reactivar la economía ni solucionar los temas de la pobreza. Son paliativos necesarios para contener el segmento más vulnerable de la sociedad, pero no generan riqueza para el país. Por lo tanto, el impacto en la economía real es relativo porque los planes tienen carácter de ayuda social y no incide en la economía porque el monto general, si bien a simple vista parece una cifra sideral, es bajo como para reactivar el mercado interno. Además, ese dinero sale de las arcas del Estado y no de una actividad económica que genera recursos genuinos.

Cabe agrear, que tampoco contribuye a incrementar el PBI, que solo crece con inversiones productivas y trabajo genuino que es la única manera que tiene un país de crecer realmente y que la argentina hace 30 años no puedo lograrlo.

Los crecimientos en esas tres décadas fueron cíclicos y los años de bonanza económica no alcanzaron para contrarestar los efectos negativos que generaron los ciclos de recesión económica. Por eso motivo, cuando el país esta bien, la pobreza baja al 27%  en promedio y cuando esta atravezando alguna crisis económica se dispara al 33%.

Los planes sociales en un país como la Argentina, con altos índices de pobreza, van a existir siempre pero no con la intención de generar un crecimiento en cuanto a la economía se refiere. Por lo contrario, el efecto que se busca desde la ayuda social estatal (enseñanza que dejó a la clase política la crisis del 2001, que hay que tener una maya de contención social) es mantener identificado, controlado y adormecido al segmento más vulnerable de la sociedad. Esta idea, es trasversal a cualquier ideología política. Independiente si se es de derecha, del centro o de izquierda. De hecho, el Gobierno actual, que claramente no es de izquierda. No tan sólo dejó en vigencia la mayoría de los panes sociales, sino que incrementó la cantidad de los mismos y el monto que destina a la ayuda social. Esta decisión política, de continuar con los planes, va más allá de lo que su ideología política le indique.

Por último, si nos ponemos analizar los planes sociales. Llegamos a la conclusión, teniendo en cuenta que varios gobiernos llevaron a cabo este tipo de ayuda social. Los programas sociales en la Argentina tienen carácter de Política de Estado. Por lo tanto, la cantidad tanto de asignaciones como de monto total de la ayuda social, dependerá de como nos vaya económicamente. Si estamos bien, bajará y si estamos mal, subirá, pero llegaron para quedarse. Vale reiterar, los planes, no son y serán una contribución al crecimiento económico de la Argentina. Simplemente, están destinados a darle un poco de aire al sector que recibe de lleno y sin filtro las recesiones económicas. En las cuales Argentina, tomando los últimos 30 años, cae sistemáticamente.

 
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