LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
En la antesala de las elecciones primarias de agosto, la cotización del dólar experimentó una recuperación desde los mínimos alcanzados a mediados de julio. Se mezclaron allí factores locales, ligados a la proximidad de las PASO, junto con los movimientos del dólar a escala global. A nivel doméstico, sin embargo, la suba de la cotización se ha visto moderada por la actuación del BCRA (tanto en el mercado de futuros como con adecuaciones al esquema monetario), en un contexto en el que inciden también las mejores condiciones estructurales a partir de la notoria reducción experimentada por el déficit de la cuenta corriente. En este sentido, en junio se registró un nuevo superávit del balance comercial, con un crecimiento de los envíos al exterior del sector agrícola, el cual también ha tenido un rol protagónico en la recuperación que comienza a mostrar la actividad económica. En la última semana, también se conocieron los números de recaudación tributaria de julio, que volvió a recortar su caída interanual medida en términos reales.
En lo que tiene que ver con la cotización del dólar, esta llegó a situarse en $44,70 a nivel mayorista en el final de esta semana, impulsada por la búsqueda de cobertura ligada a la proximidad de las PASO, y por las repercusiones a nivel local de la revaluación que experimentó el dólar en el plano internacional. En esta línea, sobresalió el recorte en la tasa de referencia por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el cual si bien en sí mismo se encuentra asociado a un relajamiento de las condiciones monetarias a nivel internacional y mayores flujos de capitales a los mercados emergentes, en esta oportunidad gatilló una revaluación del dólar, ante inversores que esperaban señales más concretas de que la Fed profundizaría el recorte de tasas en el futuro, elemento que estuvo ausente en las declaraciones del Presidente de la entidad, Jerome Powell, observándose en consecuencia un reacomodamiento en los precios de los activos. A ello se sumaron luego los anuncios del presidente norteamericano, Donald Trump, en cuanto que se impondrían nuevos aranceles a las importaciones procedentes de China, situación que tensa la puja comercial entre ambas naciones, con potenciales impactos sobre el crecimiento de la economía global y los mercados financieros.
Por otro lado, ante la suba que ha venido experimentando el valor del dólar en las últimas semanas, el BCRA ha pasado a mostrarse más activo en el mercado de futuros, al tiempo que introdujo también modificaciones en el esquema monetario, con una reducción primero de los encajes para los depósitos a plazo fijo y, más recientemente, con un incremento en la proporción de los encajes remunerados, dos elementos que permiten a los bancos ofrecer rendimientos más atractivos por las colocaciones a plazo. En este sentido, mientras que la tasa de política monetaria se redujo en 14 puntos porcentuales desde su máximo del mes de mayo, la tasa Badlar (para depósitos a plazo mayoristas) cedió apenas 4 puntos. Todo esto ha contribuido a moderar el alza de la cotización del dólar, que aún se ubica por debajo de los valores registrados tres meses atrás, cuando tocó picos de USD 45,6 a fines de abril.
En paralelo al accionar del Banco Central, en junio el balance comercial registró un superávit de USD 1.061 millones, acumulando en los primeros seis meses del año un saldo positivo de USD 5.589 millones, el más abultado de los últimos 7 años. Las importaciones continuaron mostrando un retroceso significativo (-23,5%), mientras que las exportaciones moderaron su expansión (crecieron 1,9%) producto del retroceso que evidenciaron los precios internacionales, aunque en términos de cantidades las ventas externas mostraron un desempeño mucho más sólido. Los envíos de productos primarios crecieron 11,2%, las manufacturas del agro 33,1% y, notablemente, los combustibles, un 58,5%, motorizados por la expansión que viene mostrando la producción de petróleo no convencional.
Por otra parte, sobre la base del avance que muestra el sector agropecuario y su impacto sobre otras actividades asociadas, la economía comenzó a mostrar una recuperación en el segundo trimestre del año. Tras una mejora mensual de 0,9% en abril, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) anotó una suba de 0,2% con respecto al mes previo en mayo, tendencia que se sostendría también en junio de acuerdo a lo que anticipan indicadores privados. El Índice General de Actividad (IGA) de Orlando J. Ferreres presentó una suba de 0,4% en dicho mes, de forma que el segundo trimestre del año volvería a mostrar una variación positiva tras cuatro bajas trimestrales consecutivas. A su vez, y gracias al aporte del agro (que creció 49,5%), el EMAE capturó una suba interanual de 2,6% en mayo, en lo que fue su primera variación positiva de los últimos 13 meses, mientras que el IGA experimentó una suba de 1,3% anual durante junio.
Finalmente, los datos de recaudación tributaria volvieron a mostrar una evolución positiva en julio, con un alza del 53,4% interanual, que permitió recortar la brecha con la tasa de inflación a su menor nivel en lo que va del año. A su vez, y al igual que en meses previos, el crecimiento de los recursos tributarios sigue superando ampliamente el ritmo de crecimiento del gasto primario, dinámica que continúa robusteciendo el balance fiscal del sector público nacional.
En suma, al tiempo que los movimientos de corto plazo que muestra la cotización del dólar acompañan diversos acontecimientos recientes, tanto locales como internacionales, diversos indicadores continúan apuntando a un ordenamiento de la situación macroeconómica, con una reducción del desequilibrio del sector externo, mejora en los números fiscales y una recuperación de la actividad económica, seguida de una desaceleración de la tasa de inflación, a sólo una semana de las PASO.